fbpx

Tonucci «FRATO», los niños y «la edad de los cimientos»: escuela, juego, ciudad.

Francesco Tonucci, «Frato» nos presenta el mundo de los niños a través de «sus ojos»: la escuela, el juego, y también vivir la ciudad.

Francesco Tonucci «Frato» (Fano, 5 de julio de 1940) es un reconocido educador, psicólogo y defensor de los derechos de la infancia. Con su experiencia y contribución en el campo de la educación, Tonucci, promovió un enfoque centrado en las necesidades de los niños. Ha respaldado la importancia de un entorno educativo inclusivo y participativo. Investigador y dibujante, es autor de numerosos libros traducidos a varios idiomas sobre la infancia y sus necesidades, la educación y la formación docente. Es el creador del proyecto internacional La Ciudad de los Niños.

“Los cimientos tienen el problema de ser invisibles, por lo que, por lo general, se admira la construcción, pero nadie sabe nada sobre el soporte”.

Tonucci «Frato» ha dedicado una gran parte de su carrera a estudiar cómo los niños aprenden y se desarrollan. Sus investigaciones han llevado a importantes descubrimientos y a una comprensión más profunda de las dinámicas educativas.

Francesco Tonucci y la Educación Inclusiva:

Francesco Tonucci «Frato» promueve la educación inclusiva. Su objetivo es garantizar el acceso a la educación para todos los niños, independientemente de sus habilidades o circunstancias. Tonucci ha sostenido la importancia de adaptar los entornos educativos para satisfacer las necesidades de cada niño. El ambiente debe ser inclusivo. Se respetarán las singularidades de cada uno.

La Psicología de la Educación, según Francesco Tonucci «Frato»:

Tonucci tiene una formación en psicología de la educación y ha aplicado sus principios en su práctica educativa. Se basa en comprender las emociones, motivaciones y procesos cognitivos de los niños para crear un entorno educativo estimulante y significativo. Ha buscado desarrollar estrategias educativas que fomenten el pleno desarrollo del potencial de los niños y los ayuden a alcanzar resultados relevantes. El aprendizaje, un proceso divertido y comprometido. Ha desarrollado métodos innovadores para crear espacios que fomenten la exploración y el descubrimiento.

Pedagogía Participativa:

La pedagogía participativa es un elemento central de la filosofía educativa de Tonucci. Cree que los niños deben participar activamente en el proceso de aprendizaje y en la creación de reglas y valores del entorno educativo. Promueve la idea de que los niños son competentes y capaces de contribuir de manera significativa a la sociedad desde una edad temprana. Su pedagogía se basa en la confianza mutua entre educadores y niños, donde cada uno se sienta escuchado, respetado y responsable de su propio aprendizaje. Destaca la importancia de escuchar las opiniones de los niños y de involucrarlos en las decisiones que les conciernen. Este enfoque permite que los niños desarrollen un sentido de responsabilidad y confianza en sus propias habilidades.

SUS LIBROS.

El enfoque pedagógico de Tonucci ha sido fundamental para impulsar cambios significativos en la educación contemporánea. Sus libros han ayudado a transformar la forma en que padres y maestros conciben su papel en la crianza y educación de los niños. Tonucci ha defendido la importancia de escuchar y respetar la voz de los niños, promoviendo así una educación más inclusiva y participativa.

Libros para padres: Los libros de Tonucci para padres son una valiosa fuente de conocimiento y orientación. Sus obras, como «La ciudad de los niños» y «Con ojos de niño», ofrecen una perspectiva única sobre el mundo de los niños y cómo pueden ser criados en un entorno más enriquecedor. Estos libros abordan temas como la participación de los niños en la toma de decisiones, la importancia del juego, la exploración, y la creación de un entorno seguro y estimulante. Al leer los libros de Tonucci, los padres pueden obtener ideas prácticas para fomentar la autonomía, la creatividad y el bienestar emocional de sus hijos.

Libros para maestros: Los libros de Tonucci también son una valiosa herramienta para los maestros. «La escuela que aprende» y «La reforma posible» son ejemplos de obras en las que Tonucci ofrece una visión crítica del sistema educativo y propone alternativas innovadoras. Sus ideas desafían los enfoques tradicionales de enseñanza y aprendizaje, y promueven una educación más centrada en los intereses y necesidades de los niños. Los maestros pueden encontrar en estos libros una inspiración para crear entornos de aprendizaje participativos, donde los alumnos sean protagonistas de su propio desarrollo y se fomente el pensamiento crítico y la creatividad.

SUS OBRAS MÁS DESTACADAS:

«Con ojos de niño»: En este libro, Tonucci ofrece una guía práctica para padres y maestros que desean comprender mejor el mundo infantil. Aborda temáticas como el juego, la creatividad, el aprendizaje y la relación con los adultos. Este libro invita a reflexionar sobre cómo los adultos pueden adaptar sus enfoques educativos para fomentar el desarrollo integral de los niños.

«La ciudad de los niños»: Es uno de sus libros más destacados, donde propone una nueva concepción de las ciudades y las escuelas como espacios que deben adaptarse a las necesidades y deseos de los niños. A través de ejemplos reales y casos de estudio, Tonucci presenta ideas para crear entornos urbanos más amigables para los más pequeños, donde puedan jugar, explorar y desarrollarse plenamente.

Además:

«FRATO, 40 años con ojos de niño«: Este libro pretende ser un homenaje a Frato por sus cuarenta años de compromiso con la educación. Recoge las mejores viñetas y más conocidas desde 1968 hasta la actualidad.

«Los niños y las niñas piensan de otra manera: FRATO 2000«: La forma de pensar de niñas y niños es diferente porque diferentes son sus intereses, sus opiniones, sus preocupaciones con respecto al mundo de los adultos. Este libro recoge las viñetas dibujadas por FRATO. Su intención es poner en evidencia en clave de humor aspectos de la crianza, de la escuela, la familia, la ciudad, de la vida cotidiana en general que afectan a los niños y niñas.

«Enseñar o aprender»: La relación enseñanza / aprendizaje no funciona. Actualmente, la enseñanza no produce o, dicho de otro modo, no garantiza el aprendizaje. Hay que reformar la escuela.

«Con ojos de maestro»: Basa su enseñanza como maestro en las experiencias vividas de sus propios alumnos. Critica el modelo de enseñanza actual y propone modificaciones en la forma de trabajar, dando nuevos métodos y conceptos de enseñanza.

¡Conoce cómo Tonucci transforma la relación entre niños, escuela y ciudad para crear entornos más inclusivos y estimulantes!

Otros libros:

Francesco Tonucci revolucionó la educación de los niños en la ciudad y transformó la escuela con sus ideas innovadoras y su enfoque centrado en el aprendizaje activo.

La ciudad de los niños.

En 1991 desarrolló el proyecto “ciudad de los niños” en su ciudad natal, Fano. Concibe la ciudad, con los niños como punto de referencia. El proyecto fue más que exitoso y se extendió a varias partes del mundo.

Se refiere a una visión del entorno urbano en la cual los niños tienen espacios para jugar, explorar e interactuar con otros. Tonucci sostiene que una ciudad diseñada para los niños es también mejor para todos, ya que promueve la convivencia, la seguridad y la sostenibilidad.

La autonomía de movimiento  es uno de los principales objetivos del  proyecto. Los niños pueden vivir la ciudad con la mayor libertad posible. Pueden salir de casa sin ser acompañados, encontrarse con amigos y jugar en los espacios públicos. 

Las experiencias fundamentales de explorar, descubrir, sorprenderse, aventurarse y superar obstáculos y riesgos, facilitan la construcción de la personalidad adulta. Un lugar que no se vive libremente, es percibido como ajeno y termina siendo desaprovechado como posibilidad de crecimiento.

Tonucci, se dedicó con pasión a interpretar las necesidades de los niños y su relación con el JUEGO, la CIUDAD y la ESCUELA. Fue colaborador de la Ciudad de las Ciencias de Nápoles para «El laboratorio de los pequeños». Y también del proyecto «Museo de los niños», en Roma.

En su proyecto «CIUDAD PARA NIÑOS», recuerda objetivos de fundamental importancia:

Promover la participación

Los niños tienen derecho a expresar libremente su opinión sobre cualquier asunto que les concierna. (Artículo 12 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, 1989).

Garantizar la autonomía

La ONU reconoce el derecho de los niños a jugar, a un nivel de vida suficiente para permitir su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. La reapropiación de una relación autónoma con el contexto urbano garantiza estos derechos.

Derecho a jugar

Los niños tienen derecho al tiempo libre y al descanso. También a dedicarse al juego y actividades recreativas y a participar libremente en la vida cultural y artística.

La contribución de Francesco Tonucci al «derecho a la infancia», es fundamental. Él cree firmemente que cada niño tiene derecho a vivir una infancia serena, en la que sea respetado y valorado como un individuo único. Trabajó para garantizar el respeto a este derecho fundamental. Dedicó su vida a promover políticas y prácticas educativas que coloquen las necesidades y derechos de los niños en el centro de atención.

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 1989 establece que los niños tienen derecho a la educación, al descanso y al esparcimiento, a participar en juegos y actividades recreativas adecuadas a su edad. Dos derechos de igual peso e igual importancia.

Tonucci trabajó por la innovación de la escuela, y de la ciudad a medida de niños.

Una ciudad para jugar 

Una ciudad que quiera desarrollar una política a favor de la infancia, debe tomar el derecho al juego como uno de sus  compromisos  prioritarios.

Para que los niños experimenten plenamente el juego, se deben cumplir ciertas condiciones:

Los más pequeños deben poder ser suficientemente autónomos, disponer de tiempo libre para administrar.

Deben también poder elegir el lugar adecuado para jugar y compartir estas condiciones con otros niños.

Es necesario poder salir de casa sin estar acompañado, buscar amigos y dedicar tiempo a jugar libre de otros compromisos, en un lugar adecuado.

La escuela.

Lo más importante es que, antes de entrar por primera vez a una clase, conocer al maestro, usar material didáctico o un libro, el niño ha desarrollado casi todas sus habilidades.

Entonces, ¿cuál es el papel de la escuela?

Previamente a considerar el programa, la escuela debe crear un ambiente capaz de generar actitudes culturales en los niños.

Para Tonucci, la escuela ideal debe ser un lugar donde los niños puedan explorar, experimentar, expresar sus ideas y tomar decisiones. Es fundamental que los niños sean protagonistas de su propio aprendizaje, que puedan plantear preguntas, investigar, colaborar con otros y desarrollar su creatividad. Tonucci promueve una visión de la escuela como un espacio de libertad, respeto y diálogo, donde los niños puedan desarrollar todo su potencial y construir su propio conocimiento.

En resumen, para Tonucci, la escuela debe ser un entorno acogedor, estimulante y participativo, donde los niños puedan aprender de manera significativa y desarrollar habilidades para la vida.

Tonucci con sus numerosos libros y conferencias, ha dedicado gran parte de su vida al estudio y la promoción de una educación más democrática y centrada en los niños.

Los «errores» que se cometen en la escuela, son, para Tonucci, un recurso casi mágico. La escuela tiene miedo a los errores (Ver Gianni Rodari), cree que su papel es borrarlos. Con esto, propone que la escuela acepte los errores porque cuando un niño hace las cosas bien, simplemente quiere decir que ha aprendido.

Finalmente: El dibujo infantil.

El dibujo infantil en la escuela es una herramienta importante para el desarrollo cognitivo, emocional y creativo de los niños. Tonucci ha defendido la idea de que el dibujo es una forma natural de expresión para los niños, y que a través de él pueden comunicar sus ideas, emociones y experiencias de manera libre y espontánea.

En este sentido, considera que el dibujo no debe ser limitado o juzgado por criterios estéticos, sino que se le debe dar valor como una herramienta de comunicación y exploración del mundo. En el contexto escolar, Tonucci propone que se le dé espacio al dibujo como una actividad autónoma y significativa para los niños. Esto implica que se les brinde tiempo suficiente para dibujar, se les proporcione el material adecuado y se les anime a expresarse a través del dibujo. Además, defiende la importancia de respetar y valorar los dibujos de los niños, sin interferir en su proceso creativo ni imponer modelos preestablecidos.

El dibujo de los niños (Ver Bruno Munari) no es un dibujo perceptivo; es decir, no dibujan lo que ven. Es un dibujo cognitivo, ya que dibujan lo que conocen. Luego dibujará objetos en función de su utilidad.

Francesco Tonucci nos recuerda con todas sus actividades, los derechos fundamentales de los niños en el contexto de la escuela, el juego, la ciudad, promoviendo la importancia de escuchar y respetar su voz, fomentando la participación activa, el aprendizaje a través del juego y la creación de entornos urbanos seguros y accesibles para su desarrollo integral.