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Tonucci «FRATO», los niños y «la edad de los cimientos»: escuela, juego, ciudad.

Francesco Tonucci, «Frato» nos presenta el mundo de los niños a través de «sus ojos»: la escuela, el juego, y también vivir la ciudad.

“Los cimientos tienen el problema de ser invisibles, por lo que, por lo general, se admira la construcción, pero nadie sabe nada sobre el soporte”.

Francesco Tonucci conocido también con el seudónimo de «Frato» (Fano, 5 de julio de 1940), es un pedagogo italiano, investigador y caricaturista, incansable defensor de los derechos de los niños.

Autor de numerosos libros traducidos a diversas lenguas sobre la infancia, la educación, la formación de los profesores y las necesidades de los niños. 

Es el creador del proyecto internacional La Ciudad de los Niños.

Licenciado en Pedagogía, representó, como caricaturista, la realidad escolar de manera satírica, en sus caricaturas.

SUS LIBROS.

Ha publicado asimismo numerosos libros, algunos de los cuales han sido traducidos a muchos idiomas, entre ellos: «Con ojos de niño«, «Niño se nace», «Ciudad de los niños», «Enseñar o aprender», «Con ojos de maestro».

Trabajó como profesor de secundaria y en 1966 se convirtió en investigador en el Instituto Psicológico del Consejo Nacional de Investigaciones.

Su búsqueda se centra en el desarrollo cognitivo de los niños, el pensamiento y la conducta infantil y la relación con la metodología educativa.

La ciudad de los niños.

En 1991 desarrolló el proyecto “ciudad de los niños” en su ciudad natal, considerado como una nueva forma de concebir la ciudad, con los niños como punto de referencia. 

El proyecto fue más que exitoso y se extendió a varias partes del mundo.

La autonomía de movimiento  es uno de los principales objetivos del  proyecto «Ciudad de los niños», que les permite vivir la ciudad con la mayor libertad posible: salir de casa sin ser acompañados, encontrarse con amigos y jugar en los espacios públicos. 

Las experiencias fundamentales de explorar, descubrir, sorprenderse, aventurarse y superar obstáculos y riesgos, facilitan la construcción de la personalidad adulta, con la elección de conductas adecuadas a la situación y la elaboración de las herramientas necesarias de conocimiento y defensa que, por el contrario, se ven obstaculizados por la supervisión continua y directa de los adultos. Esto se debe a que un lugar que no se vive libremente, es percibido como ajeno y termina siendo desaprovechado como posibilidad de crecimiento.

En 1997 fue nombrado presidente del Comité de Televisión Italiana, dedicado a la protección de menores. Desde 2001 es director científico del proyecto «Roma, ciudad de los niños».

Fue colaborador de la Ciudad de las Ciencias de Nápoles para «El laboratorio de los pequeños» y colaborador científico del proyecto «Museo de los niños», en Roma.

Otros libros:

Francesco Tonucci, se dedicó con pasión a la interpretación de las necesidades de los niños y su relación con el JUEGO, la CIUDAD y la ESCUELA.

Derecho a jugar.

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 1989 establece que los niños tienen derecho a la educación (artículo 28), al descanso y al esparcimiento, a participar en juegos y actividades recreativas adecuadas a su edad (artículo 31): dos derechos de igual peso e igual importancia.

En su proyecto «CIUDAD PARA NIÑOS», recuerda objetivos de fundamental importancia:

Promover la participación

Los niños tienen derecho a expresar libremente su opinión sobre cualquier asunto que les concierna y debe ser tenidos en cuenta, (Artículo 12 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, 1989).

Garantizar la autonomía

La Convención de la ONU reconoce el derecho de los niños a jugar (Art. 31) y el derecho a un nivel de vida suficiente para permitir su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social (Art. 27). La reapropiación de una relación autónoma con el contexto urbano garantiza estos derechos.

Derecho a jugar

Los niños tienen derecho al tiempo libre y al descanso, a dedicarse al juego y actividades recreativas y a participar libremente en la vida cultural y artística (Artículo 31 de la Convención).

Una ciudad para jugar 

Para que los niños experimenten plenamente el juego, se deben cumplir ciertas condiciones:

Los más pequeños deben poder ser suficientemente autónomos, disponer de tiempo libre para administrar.

Deben también poder elegir el lugar adecuado para jugar y compartir estas condiciones con otros niños.

Es necesario poder salir de casa sin estar acompañado, buscar amigos y dedicar tiempo a jugar libre de otros compromisos, en un lugar adecuado.

Una ciudad que quiera desarrollar una política a favor de la infancia, eligiendo a los niños como parámetro, debe tomar el derecho al juego como uno de sus  compromisos  prioritarios.

La escuela.

Lo más importante es que, antes de entrar por primera vez a una clase, conocer al maestro, usar material didáctico o un libro, el niño ha desarrollado casi todas sus habilidades.

Entonces, ¿cuál es el papel de la escuela?

Previamente a considerar el programa, la escuela debe crear un ambiente capaz de generar actitudes culturales en los niños.

Los «errores», para Tonucci, son un recurso casi mágico. La escuela tiene miedo a los errores, cree que su papel es borrarlos. 

Con esto, propone que la escuela acepte los errores porque cuando un niño hace las cosas bien, simplemente quiere decir que ha aprendido.

Finalmente: El dibujo infantil.

El dibujo de los niños no es un dibujo perceptivo; es decir, no dibujan lo que ven; es un dibujo cognitivo, ya que dibujan lo que conocen. Luego dibujará objetos en función de su utilidad.

Francesco Tonucci nos recuerda con todas sus actividades, los derechos fundamentales de los niños en el contexto de la escuela, el juego, la ciudad.